La Jornada Cultural se realizó en el marco del 25 de noviembre, Día Contra la Violencia Hacia las Mujeres propuesto en 1981 por el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se llevó a cabo en Bogotá. Dicha fecha fue elegida en homenaje a las hermanas Mirabal, asesinadas por la dictadura de Trujillo en República Dominicana. Su valor para combatir ese régimen infame que sumergió en la miseria a los trabajadores y el pueblo dominicano fue y es fuente de inspiración para miles de hombres y mujeres en Latinoamérica.
En la jornada, participaron mujeres estudiantes, trabajadoras de la educación y otras ramas, amas de casa y artistas para denunciar que en pleno siglo XXI las mujeres seguimos siendo víctimas de las peores vejaciones. La actividad incluyó la muestra de poesía y fotografía “Arrojadas al aire”; la proyección de los cortos: “Ya no somos las mismas” y la marcha del martes 25 de noviembre en capital federal; así como también la presencia de música en vivo que dió cierre a la jornada.
Denunciamos que en “el siglo de las mujeres”, el sistema capitalista y patriarcal nos somete a millones de mujeres en todo el mundo a: violaciones, abusos, maltratos, golpes, amenazas, desprecios y humillaciones sólo por ser mujeres; que millones de niñas, jóvenes y adultas son víctimas de la represión ejercida por los gobiernos, las fuerzas armadas y por grupos paramilitares, como también la subordinación impuesta por la Iglesia, la prohibición de derechos elementales que las condenan a situaciones de inferioridad con respecto a los varones, la restricción al acceso a la educación y el trabajo, el pago de menor salario por igual trabajo que los varones; víctimas del acoso sexual y moral por parte de patrones, jefes y gerentes que las creen su propiedad, la imposición de la heterosexualidad obligatoria, de la esclavitud en talleres clandestinos, del secuestro de niñas y jóvenes por las redes de trata y prostitución, de la utilización de la imagen de la mujer que la reduce a ser un objeto sexual para el disfrute de terceros, y la lamentablemente larga lista, continúa.
Que la crisis económica internacional se profundiza en todo el mundo y los capitalistas comienzan a descargar sus consecuencias sobre las mujeres y varones trabajadores y pobres. Que el gobierno de Cristina Kirchner, no ha avanzado ni un paso por los derechos de las mujeres; que utiliza los casos de violencia contra las mujeres en las redes de trata y prostitución que vemos a diario en los medios de comunicación, para efectuar una operación mediática intentando mostrar que desbaratan los prostíbulo; y que el gobierno nacional y los gobiernos provinciales son responsables de que estas redes de esclavitud actúen impunemente. Que ocupamos los puestos menos categorizados y peor pagos del mercado laboral, las más numerosas en el trabajo precario y las primeras en encabezar las listas de despidos. Que nuestros salarios no alcanzan para alimentar, vestir y comprar útiles escolares para nuestros hijos y mucho menos para distendernos con nuestras familias. Que en la mayoría de los casos no tenemos derecho a guarderías o jardines maternales en los lugares de trabajo, ni obra social, aportes jubilatorios, licencias por maternidad, por estudio o por enfermedad. Esto nos coloca en una situación de extrema vulnerabilidad ante los atropellos patronales, el acoso, el abuso sexual y nos convierte en mano de obra barata.
Que la oposición, como Elisa Carrió o la macrista Gabriela Michetti, no tienen nada mejor que ofrecernos: no sólo se pronuncian contra el derecho al aborto, sino también contra la ligadura de trompas o la educación sexual en las escuelas, y cierran filas con el gobierno a la hora de obedecer al oscurantismo clerical. Denunciamos además que la Iglesia marchó ese mismo día contra la legalización del aborto mientras que sólo en Argentina mueren más de 500 mujeres por su clandestinidad. Es por eso que debemos continuar luchando para exigir: ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir! Por todo ello es que desde Pan y Rosas llamamos a organizarnos en cada lugar de trabajo y estudio para pelear por nuestros derechos y decir ¡BASTA de violencia hacia las mujeres!
También planteamos la importancia de estos eventos y agradecemos a los artistas que con su arte aportan a “cambiar la vida” y “transformar el mundo”, para desarrollar nuestra lucha. Llamamos a que se multipliquen estas experiencias y a que se sumen cada vez más.
Además destacamos la importancia de haber recuperado el Centro de Estudiantes de Humanidades, por Humanidades al Frente (Tesis XI- PTS+Independientes- y FEL-PO+Independientes) para ponerlo al servicio de la lucha de l@s estudiantes. En un Departamento en que las mujeres somos mayoría, Pan y Rosas se propuso como desafío impulsar la Secretaría de la Mujer para pelear por los derechos de las mujeres.
Finalmente, entre empanadas, tortas y tragos, culminamos la exitosa jornada escuchando una banda en vivo.

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