A todas las compañeras desaparecidas, que fueron violadas, ultrajadas y cuyos hijos fueron sustraidos por los milicos genocidas, el mejor homenaje es que este 24 estemos todas en las calles.

A más de un año del gobierno de Cristina, que se anunciaba como el “siglo de las mujeres”, nuestra vida ha empeorado gravemente y, de la mano de la crisis capitalista internacional que ya golpea en Argentina, se avecinan tiempos peores.

Son más de 14 mil los despidos y 33 mil las trabajadoras y trabajadores suspendidos en los últimos meses. Pero al mismo tiempo son miles de compañer@s que tomaron conciencia de que ell@s no fueron quienes generaron la crisis, y que por lo tanto ésta deber ser pagada por los empresarios.

Especialmente, y una vez más en la historia, se han destacado las mujeres, quienes pusieron manos a la obra y se organizaron para dar la lucha en las fábricas donde hay suspensiones y despidos o para defender su fuente de trabajo y el pan de sus familias. Las mujeres automotrices de Córdoba, la comisión de mujeres de Paraná Metal, las mujeres que encabezaron los piquetes terrestres en el puerto de Ing. White, son el vivo ejemplo de cuál es el camino para enfrentar la crisis, demostrando que la unión hace la fuerza y que allí donde una mujer avanza, ningún hombre retrocede.

Para ocultar de la escena pública esta descarga sobre nuestras espaldas, la derecha nacional levanta la campaña “contra la inseguridad” que busca fortalecer las fuerzas policiales, popularmente odiadas y desprestigiadas por estar presente en la mayoría de los grandes delitos y practicar el “gatillo fácil” a mansalva contra la juventud (cada 40 horas un pibe es asesinado por la policía).

Buscan darle más y más poder a estos represores ante los próximos levantamientos populares que se están expresando como tendencia mundial.

La Prefectura que actuó bajo la dictadura militar para disciplinar a los trabajadores y trabajadoras en una etapa de crisis económica (´69 -´76), es la misma que 33 años después utiliza el mismo método, y aplicado nuevamente sobre los sectores de trabajadoras y trabajadores que se enfrentan al gobierno, la patronal y las burocracias sindicales. Entonces esa fuerza será usada para reprimir a los trabajadores que ya están saliendo a luchar (lo que no es transmitido por ningún medio masivo de comunicación) contra los despidos, los cierres de empresas y las rebajas salariales, medidas con las que querrán descargar, sobre nuestras espaldas, la crisis económica.

Es que el Estado capitalista necesita de esas fuerzas represivas. Hoy ese Estado se viste con el ropaje de un régimen “democrático”, pero cuando la burguesía local o extranjera lo necesite utilizará los ropajes de la dictadura, desnudando más brutalmente su carácter de clase.

No es casualidad que en los últimos días los grandes medios mostraron a personajes de la farándula como Susana Gimenez (ex -socia del Padre Grassi) o el empresario Marcelo Tinelli, que reclaman pena de muerte o, al menos, “que se dejen de joder con los derechos humanos”, y se apliquen leyes más represivas.

Jamás se les ocurriría pedir “pena de muerte” para los genocidas que masacraron a una generación de luchadoras y luchadores en este país.

Jamás se les ocurriría pedir el mismo castigo para los más de 9 mil policías bonaerenses que cumplieron funciones durante la dictadura y son hoy la mafia protagonista del gran delito de los secuestros extorsivos, los desarmaderos de autos, la trata de mujeres, el narctotráfico, la muerte de los “pibes chorros”...

Como voceros de una clase rica y poderosa, se alzan en defensa de lo que los capitalistas

TOD@S debemos pronunciarnos con una gran manifestación popular como primera respuesta en la calle para frenar esta cruzada, para oponernos a los pedidos reaccionarios que quieren endurecer la legislación penal, la baja de la edad de imputabilidad, la militarización de las villas y los barrios más humildes.

A la demanda de “mano dura” contra el pueblo pobre, hay que oponer un programa para terminar con la miseria y degradación de la clase trabajadora.

Nuestro 24 de marzo será en rechazo a la mentira del “gobierno de los derechos humanos”, que con el juicio a unos casos emblemáticos, pretende hacerle creer a la sociedad que se está avanzando en el camino por acabar con la impunidad. Pero también será en rechazo a la oposición patronal de Lilita Carrió que sigue reclamando “reconciliación” con los militares.

Denunciamos que después de dos años, nuestro compañero Julio López sigue desaparecido.

Sólo fueron juzgados 38 de los miles de militares que participaron del plan de terrorismo de Estado y dirigieron cientos de centros clandestinos de detención en todo el país.

Tampoco ha sido juzgado un solo responsable civil de la clase capitalista que promovió el golpe y colaboró con el genocidio, y nunca fue puesta en el banquillo de los acusados.

La misma clase capitalista que hoy pide la devaluación del peso y anuncia, como los industriales de la UIA, no menos de 200 mil nuevos desempleados en la industria para este año; o como la Sociedad Rural que junto a las patronales agrarias mantienen bajo leyes de la dictadura a gran parte de los peones rurales, mientras exigen rebajas de impuestos a las exportaciones y subsidios estatales, en 1976 conspiró y colaboró con los militares de Videla.

Marcharemos para decir: “Ni con los Kirchner ni con las patronales agrarias; Que la crisis la paguen los patrones, banqueros y terratenientes, todos Madres de Genocidas!”

Mientras la crisis avanza sobre nuestros trabajos y nuestros hogares, siguen aumentando las miserias y las humillaciones contra las mujeres: las redes de tráfico de personas se extendieron brutalmente durante estos años en nuestro país, cobrándose la vida de cientos de mujeres y niñas que son secuestradas, esclavizadas e, incluso, asesinadas bajo el amparo de mafias policiales, funcionarios judiciales y políticos cómplices y leyes que les son favorables. El 70% de las víctimas de trata son mujeres y el 13% niñas.

Además, kirchneristas y opositores de la mano de curas y organizaciones oscurantistas y retrógradas siguen impidiendo que se legalice el aborto, lo que evitaría que, cada año, mueran más de 400 mujeres por las consecuencias de los abortos clandestinos.

Exigimos el juicio a la Iglesia, institución emblema de la opresión hacia las mujeres, como cómplice de la dictadura, y su separación definitiva del Estado.

Las amas de casa de las familias trabajadoras, las madres que sostienen sus hogares solas, las que soportan la carga de una doble jornada laboral porque siguen con las tareas del hogar cuando llegan de la fábrica, las estudiantes que ven caerse sus escuelas y facultades a pedazos y a sus docentes con salarios de miseria, todas estamos llamadas a ocupar un puesto de lucha contra esta crisis que se nos viene encima.

Porque será sobre nosotras, las mujeres, sobre quienes recaerán más tareas, más trabajo, más dificultades cuando la crisis económica deteriore más profundamente la salud y la educación pública, cuando suban aún más los precios de la canasta familiar, cuando haya que resolver las mil cosas de la vida cotidiana aunque nos corten la luz o el gas que ya no podemos pagar…

¡ Mujeres !

Este 24 de marzo tenemos la tarea principal de volver a ser las primeras en exigir justicia y luchar contra la impunidad, denunciando el carácter de clase de un Estado que no ha dudado ni dudará en aplicar el genocidio contra una generación, cuando los negocios de los capitalistas ya se ven amenazados por la lucha de los explotados.

El capitalismo no tiene nada que ofrecernos más que barbarie... La más brutal para las mujeres:

• Cada minuto una mujer pierde la vida en el parto o por complicaciones del embarazo.

• Somos el 70% de los 900 millones de personas analfabetas.

• Cada día se practican 500 mil abortos en condiciones insalubres y clandestinas en el mundo, causando la muerte de 70 mil mujeres.

• Cada año, 4 millones de mujeres y niñas son traficadas para la explotación sexual.

• En esta época imperialista, donde todo se compra y se vende, el tráfico de armas, drogas, órganos y mujeres constituyen los “negocios” más rentables, que aumentarán acicateados por la crisis.

• Ni siquiera todos los derechos que ganamos con nuestra lucha pueden subvertir un orden basado en la más profunda de las desigualdades: que un puñado de capitalistas se enriquezcan a expensas de la explotación de millones de seres humanos.

Este 24 de marzo, las amas de casa de las familias trabajadoras, las madres que sostienen sus hogares solas, las que soportan la carga de una doble jornada laboral porque siguen con las tareas del hogar cuando llegan de la fábrica, las estudiantes que ven caerse sus escuelas y estudiantes a pedazos y a sus docentes con salarios de miseria… TODAS somos llamadas a ocupar un puesto en la lucha por nuestros derechos, para plantear con fuerza la lucha por el castigo a todos los genocidas y sus cómplices. Y que la crisis con su cortejo de calamidades, la paguen los patrones, los banqueros y los terratenientes ¡Basta de descargarla sobre las espaldas del pueblo trabajador!

Por eso, invitamos a marchar con nosotras a todas las mujeres dispuestas a luchar contra la represión del Estado y la impunidad de ayer y de hoy.

¡Formemos una gran columna de mujeres exigiendo el PAN… pero también las ROSAS!

MARTES 24 A LAS 16 HS

PLAZA DEL SOL

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