La violencia de género se ha convertido en la primera causa de muertes de mujeres a nivel mundial, pero los asesinatos son el último y más tremendo eslabón de una larga cadena de violencia: las violaciones y abusos, los maltratos y los golpes, el desprecio y la humillación. Pero también hay otras formas de agresión y violencia contra las mujeres perpetradas por el Estado capitalista, sus instituciones y otras redes para-estatales: la represión de las fuerzas armadas, la subordinación impuesta por la iglesia, la prohibición de derechos elementales, la falta de oportunidades para la educación y el trabajo, el pago de menor salario, el acoso sexual, la esclavitud de las trabajadoras migrantes en talleres clandestinos, el secuestro de niñas y jóvenes por las redes de trata y prostitución, la utilización de la imagen de la mujer que nos reduce a ser un objeto sexual, etc.

En momentos en que se desarrolla una enorme crisis internacional, y en nuestro país se multiplican las suspensiones y despidos, los capitalistas y los gobiernos, como el de Cristina, pretenderán que seamos las mujeres trabajadoras y de los sectores populares las que carguemos sobre nuestras espaldas las consecuencias de la crisis.

Estas consecuencias ya las empezamos a sentir en Bahía, como venimos denunciando desde Pan y Rosas, donde decenas de mujeres embarazadas son despedidas por las patronales, con el silencio cómplice del gobierno K de Breinteistein y sus socios radicales. Los mismos que callaron cuando las trabajadoras judiciales fueron agredidas por el facho Montezanti, Juez Federal nombrado por el gobierno de K, y que en la UNS tiene monopolio de cátedra. Y la misma impunidad los unió en la campaña reaccionaria de la Iglesia y LNP para impedir que la joven violada del patronato se realice el aborto. El triunfo de haber logrado que la chica pudiera realizarse el aborto nos tiene que servir de ejemplo de que no podemos depositar ninguna confianza ni el gobierno K y los radicales, ni en los empresarios, la Iglesia y sus voceros de LNP. Las mujeres estudiantes trabajadoras y desocupadas tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas, y si nos unimos y organizamos de manera independiente, como lo hicimos luchando por el derecho al aborto, podemos terminar con la violencia y los atropellos que sufrimos día a día por culpa de este sistema.

Este sábado queremos invitarte a una jornada Cultural con poesías, fotografías, proyecciones y banda de música; para reunirnos TODAS y decir:
¡BASTA de violencia hacia las mujeres!

Sábado 29 de Noviembre-20hs.

Casa Cultural Karl Marx-Estomba 675

Desde Pan y Rosas no participaremos de la actividad del martes a las 19hs en la Plaza Rivadavia. Esta actividad es convocada, entre otras, por la agrupación Juana Azurduy, del oficialista Frente Para La Victoria. Desde Pan y Rosas consideramos que el gobierno de Cristina, más allá de su doble discurso y de reivindicar “de palabra” los derechos de las mujeres, es el principal responsable político de las miles de penurias y violencias cotidianas que sufrimos las mujeres en nuestro país, entonces una pelea consecuente en defensa de nuestros derechos tiene que ser luchando también contra este gobierno patronal y opresor. Llamamos a las organizaciones de mujeres independientes del gobierno y los empresarios, a no convertir nuestra jornada de lucha en un evento que legitime el doble discurso de los K y a poner en pie un gran movimiento de mujeres que termine definitivamente con la violencia y opresión que sufrimos.
Pan y Rosas

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